Monday, January 26, 2009

Un seculo post le seismo in San Francisco


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Un seculo postea, illes que sentiva le seismo ille mercuridi durante le matino es le personas qui melio pote describir lo:

"Le prime cosa que me diceva que alique terribile veniva esseva un sono multo basse, como colpos de tonitro multo distante."

"Le terra solide assumeva le movimento de un oceano furiose in un hurracan."

"Del critos e singultos, io sapeva que multe gente essava trappate intra le edificios. E omne illo in minus que un minuta!"

Un seismo de magnitudine 7,8 succuteva violentemente le capital del west del Statos Unite, un citate bellissime construite sur le promissa de argento e auro e pauc pensamento sur le possibile destruction que le fortias natural poteva causar a illo. Post le 18 (dece e octo) de april de 1906 (mille nove centos e sex), ni San Francisco ni le Statos Unite, informate finalmente sur le periculos seismic special de California, devenirea de novo tanto naive.

Il esseva le cinque y dece duo minutas del matino, e le major parte del inhabitantes de San Francisco jaceva in lor lectos quando le seismo veniva--primo como un annuncio que jectava le gente al solo. Postea veniva le seismo principal, su epicentro sub le edificios del citate. Su furia se sentiva usque le stato de Oregon al norte e Nevada al est.

Ex caminos e lineas de gas rumpite e tanks de substantias chimic liquide, le foco comenciava quasi immediatemente e destrueva le major parte del citate in un periodo de dies.

Le aquaductos se habeva destruite completemente, e le pumperos reguardava impotente, durante que familias integre portava con se lo que illes poteva y fugiva ex le progresso del flammas a parcos que postea se converteva in morgues improvisate.

Le armea, ante le scarcitate de aqua pro combatir le flammas, incendeva diverse edificios pro crear un mur contra le focos destructive, ma lor effortios solmente alimentava le grande conflagration. Alicun proprietarios de casa damnate per le seismo los combureva proque lor polissas de assecurantia cuperiva le foco, ma non le destruction seismic.

"Un lista del edificios destruite eventualmente deveniva un directorio del citate mesme," notava postea le autor Jack London. "Un lista del actos de heroismo occuparea omne un bibliotheca, e on nunquam cognoscera le numero del mortos."

Ante le seismo, San Francisco habeva in su vexillo municipal le symbolo del phenice. E quando le centro del citate esseva destruite e plus que le medietate de su 400 (quatro cento) mille habitantes se trovava sin focares, le citate poteva altiar se ex le cineres e reconstruer se con le maxime rapiditate possibile. Le governator de California, George Pardee, nominava un equipa de geologos e astronomos pro documentar in photographias le damno e elaborar un mapa del fallia de San Andreas, e pro apprender lo que illes poteva sur le destruction in le norte del stato.

Lor discoperimentos se convertiva in le base de un theoria que un seismo occurre quando le costas del terra glissa bordo a bordo de un fallia, e assi comenciava un programma de studios del systema de fallias in le stato in cerca del dynamica de lor activitates seismic.

Le reporto anque demonstrava que le damno es tanto le consequentia del typo de construction de un edificio como el tipo de terreno subjacente. Iste discoperimento eventualmente produceva le codices de construction del presente, que esseva subsequentemente rafinate post cata seismo nove.

Toto lo que on ha construite post 1970 (mille nove centos septanta) va a reager de un maniera secur, secundo Chris Poland, un ingeniero structural, "ma es minus certe le destino del edificios construite antea, le quales es 70% (septanta pro cento) del total e que non ha essite fortificate a causa de problemas economic."

Personalmente io es convencite que nos non pote esser tan confidente de isto. Nos ha multe edificios alte in Los Angeles, e io crede que il es multo possibile que, in vice de dansar al rhythmos de nostre proxime seismo grande, alicunos de illos cadera como si illos esseva arbores grande attaccate per parve armeas de hachas gigante, e io spera trovar me in un spatio multo aperite si io totevia vive quando veni le proxime "big one", como nos dice in anglese.

In Long Beach nos habeva un grande seismo in 1933 (mille nove centos trenta e tres), e io spera que nostre proxime seismo grande non nos toccara ante le seculo vinti e duo, un parve instante in le curso del tempore geologic. Ma le fortias tectonic del terra ha lor proprie voluntate completemente impersonal que non ha ullo a vider con lo que nos face o lo que nos vole.

Multes de nos es pauco confortabile con iste parte del condition human, e nos inventa religiones pro dar nos le illusion que nos pote evitar tal eventos o modificar lor furia. Ma in despecto de iste exercitios inutile y a vices aggressivemente stupide, shit still happens, and from time to time it always will, as the dinosaurs found out shortly after the first one saw that fiery ball in the sky and said, "What the fuck is that?!" So hasta la bye-bye, babies.

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Cien años después del terremoto de San Francisco.

Un siglo después los que sintieron el temblor aquel miércoles a la mañana son las personas que pueden describirlo mejor:

"La primera cosa que me dijo que algo terrible venía fue un sonido muy bajo, como truenos muy lejanos".

"La tierra sólida asumió el movimiento de un océano furioso en un huracán."

"De los gritos e sollozos, yo sabía que mucha gente había quedado atrapada dentro de los edificios. ¡Y todo eso en menus de un minuto!"

Un temblor de magnitud 7,8 sacudió violentamente la capital del oeste de Estados Unidos, una ciudad hermosa construida sobre la promesa de plata y oro y poco pensamiento sobre la posible destrucción que las fuerzas naturales le podían causar. Después del 18 (dieciocho) de abril de 1906 (mil novecientos seis), ni San Francisco ni Estados Unidos, enterados al fin del peligros sísmicos especiales de California, volverían a ser tan ingenuos.

Eran las 5 (cinco) y 12 (doce) minutos de la mañana, y la major parte de los habitantes de San Francisco estaban en su cama cuando el temblor vino --primero, como anuncio que arrojó a la gente al suelo. Luego vino el sismo principal, su epicentro bajo los edificios de la ciudad. Su furia se sintió hasta el estado de Oregon en el norte y Nevada al este.

De chimeneas y lineas de gas rotas y tanques de químicos líquidos, el fuego comenzó casi inmediatemente y destruyó la major parte de la ciudad en un período de días.

La tubería de agua se había destruido completamente, y los bomberos miraban impotentes, mientras que familias enteras se llevaban lo que podían y huían del avance de las llamas a parques que luego se convirtieron en improvisadas morgues.

El ejército, ante la escasez de agua para combatir las llamas, encendió varios edificios para crear una muralla contra los fuegos destructivos, pero sus esfuerzos sólo alimentaron el gran incendio. Algunos dueños de casa incendiaron sus viviendas dañadas por el terremoto porque sus pólizas de seguro cubría fuego, pero no actividad sísmica.

"Una lista de los edificios destruidos llegó a ser un directorio de la ciudad misma", anotó después el escritor Jack London. "Una lista de los actos de heroismo ocuparía toda una biblioteca, y nunca se sabrá el número de los muertos."

Antes del sismo, San Francisco tenía en su bandera municipal el símbolo del fénix. Y cuando el centro de la ciudad fue destruido y más de la mitad de sus 400 (quatro cientos) mil habitantes quedaron sin casa, la ciudad logró levantar se de las cenizas y reconstruirse lo más rápido que pudo. El gobernador de California, George Pardee, nombró un equipo de geólogos y astrónomos para que fotografiaran el daño, elaboraran un mapa de la falla de San Andrés y aprendieran lo que pudieran sobre la destrucción en el norte del estado.

Sus hallazgos se convirtieron en la base de la teoría que los terremotos occurren cuando las costas de la tierra se deslizan a lo largo de una falla, y así comenzó un programa de estudios del sistema de fallas en el estado en busca de la dinámica de sus actividades sísmicas.

El informe también demonstró que el daño es consecuencia tanto del tipo de construcción de un edificio como el tipo de terreno subyacente. Este descrubrimiento eventualmente produjo los códigos de construcción del presente, que fueron subsecuentemente refinados depués de cada terremoto nuevo.

Todo lo que se ha construido después de 1970 (mil novecientos setenta) va a reaccionar de una manera segura, según Chris Poland, un ingeniero estructural, "pero es menus cierto el destino de los edificios construidos antes, el 70% (setenta porciento) del total y que no fueron fortificados por problemas de costos."

Personalmente estoy convencido que no podemos ser tan confidentes de esto. Tenemos muchos edificios altos en Los Ángeles, y creo que es muy posible que, en vez de bailar al ritmos de nuestro próximo terremoto grande, algunos de ellos caerán como si fueran árboles grandes atacados por pequeños ejércitos de hachas gigantes, y espero estar en un espacio muy abierto si todavía estoy con vida quando venga el próximo "big one", como decimos en inglés.

En Long Beach tuvimos un gran terremoto en 1933 (mil nove centos treinta y tres), y espero que nuestro próximo sismo grande no nos toque antes del siglo veinte y dos, un pequeño instante en el curso del tiempo geologic. Pero las fuerzas tectónicas de la tierra tienen su propia voluntad completamente impersonal que no tiene nada que ver con lo que hacemos o lo que queremos.

Muchos de nosotros somos poco cómodos con esta parte de la condición humana, y inventamos religiones para darnos la ilusión que podemos evitar tales eventos o modificar su furia. Pero a pesar de estos ejercicios inútiles y a veces agresivamente estúpidos, shit still happens, and from time to time it always will, as the dinosaurs found out shortly after the first one saw that fiery ball in the sky and said, "What the fuck is that?!" So hasta la bye-bye, babies.

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One Hundred Years After the San Francisco Earthquake

One century afterward, the people who felt the earthquake that Wednesday in the morning are the ones who can describe it best:

"The first thing that told me that something terrible was happening was a very low noise, like very distant thunderclaps.

"The solid earth started to move like an angry ocean in a hurricane."

"From the cries and sobs that came from inside the buildings, I knew that many people were trapped. And all that in less than a minute!"

A magnitude 7.8 (seven point eight) earthquake violently shook the capital of the West of the United States, a very beautiful city constructed on the promise of gold and silver with little thought about the possible destruction that the forces of nature could wreak upon it. After April 18 (the eighteenth), 1906 (ninteen oh six), neither San Francisco nor the United States, finally made aware of the special seismic dangers of California, would ever again regain its naivity.

It was 5:22 (five twenty-two) in the morning, and most of the people in San Francisco were in their beds when the earthquake came--first in an announcement that threw people on the floor. Next came the principal quake, its epicenter below the buildings of the city. Its fury was felt up to the state of Oregon in the north and Nevada to the east.

From chimneys and broken gas lines and tanks filled with liquid chemicals, the fire started almost immediately and destroyed most of the city in a period of days.

The water mains had been destroyed completely, and the firemen looked on powerless to do anything while entire families took away everything they could and ran away from the flames to parks that were turned into improvised morgues.

The army, faced with the scarcity of water to fight the flames, set fire to different buildings to create a wall against the destructive flames, but their efforts only fed the great fire storm. Some people burned up their homes that were damaged by the earthquake because their insurance policies covered fire, but not seismic destruction.

"A list of destroyed buildings eventually became a directory of the city itself," the author Jack London noted afterward. "A list of the acts of heroism would fill up a library, and we'll never know the number of dead."

Before the earthquake, San Francisco had on its municipal flag a picture of the phoenix. And when the downtown area of the city was destroyed and more than half its 400,000 (four hundred thousand) inhabits found they were homeless, the city was able to raise itself from its ashes and rebuild itself with a great deal of speed. The governor of California, George Pardee, appointed a team of geologists and astronomers to document the damage in photographs and develop a map of the San Andreas fault and learn as much as possible about the destruction in the northern part of the state.

Their discoveries became the basis for the theory that an earthquake occurs when the edges of the earth slide along a fault, and so a program was started to study the system of faults in the state to find out about the dynamics of their seismic activities.

The report also showed that the damage is the consequence of the type of construction used in buildings along with the kind of underlying land. This discovery eventually produced the building codes of the present, which were subsequently refined after each new earthquake.

Everything that has been built after 1970 (nineteen seventy) is going to react safely, according to Chris Poland, a structural engineer, "but it is less certain what will happen to the buildings constructed before then, which are 70% (seventy percent) of the total and that have not been strengthened/retrofitted because of economic considerations.

Personally, I am convinced that we cannot be so confident of this. We have a lot of tall buildings in Los Angeles, and I believe that it is quite possible that, instead of dancing to the rhythms of our next big quake, some of them will fall as if they were big trees attacked by small armies of giant axes, and I hope to find myself in a large open space if I am still alive when the next big one hits.

In Long Beach we had a large earthquake in 1933 (nineteen thirty-three), and I hope that our next one will not hit us before the twenty-first century, a small instant in the passage of geological time. But the earth's tectonic forces have their own will that is completely impersonal and has nothing to do with what we do or what we want.

Many of us are very uncomfortable with this part of the human condition, and we invent religions to give ourselves the illusion that we can avoid such events or modify their fury. But in spite of these useless and at times aggressively stupid exercises, shit still happens, and from time to time it always will, so hasta la bye-bye, babies.

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